jueves, junio 07, 2007

En Busca de la Felicidad



Buenas queridos lectores hoy os escribo en relación a ese sentimiento tan sumamente anhelado, buscado, soñado y que sólo unos pocos afortunados consiguen: la felicidad. El cuento que os pondré a continuación lo escuché en la Iglesia en la boda de mi primo, decir que es lo único coherente que he oído decir a un cura en mucho tiempo; más tarde me encontré el mismo relato en un libro de Jorge Bucay, "El Camino de la Felicidad".

Sin más dilación os dejo con el cuento.

Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura.

Uno de ellos dijo:
-Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y tantas posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Llenemoslos de vicios y de defectos; eso los destruirá.

El más anciano de los duendes dijo:
-Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero eso sólo servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que, aunque sea, les haga vivir cada día un desafío.

-¡Qué divertido! —dijeron todos.

Pero un joven y astuto duende, desde un rincón, comentó:
-Deberíamos quitarles algo que sea importante... ¿pero qué?

Después de mucho pensar, el viejo duende exclamó:
-¡Ya sé! Vamos a quitarles la llave de la felicidad.
-¡Maravilloso... fantástico... excelente idea! —gritaron los duendes mientras bailaban alrededor de un caldero.

El viejo duende sigxiió:
-El problema va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.
El primero de ellos volvió a tomar la palabra:

-Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.

A lo que inmediatamente otro miembro repuso:
-No, recuerda que tienen fuerza y son tenaces; fácilmente, alguna vez, alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos podrán escalarlo y el desafío terminará.

Un tercer duende propuso:
-Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.

Un cuarto todavía tomó la palabra y contestó:
-No, recuerda que tienen curiosidad; en determinado momento algunos construirán un aparato para poder bajar y entonces la encontrarán fácilmente.

El tercero dijo:
-Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.

A lo cual los otros dijeron:
-No, recuerda su inteligencia, un día alguno van a construir una nave en la que puedan viajar a otros planetas y la van a descubrir.

Un duende viejo, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás, se puso de pie en el centro y dijo:
-Creo saber dónde ponerla para que realmente no la descubran. Debemos esconderla donde nunca la buscarían.

Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:
-¿Dónde?

El duende respondió:
-La esconderemos dentro de ellos mismos... muy cerca del corazón...

Las risas y los aplausos se multiplicaron. Todos los duendes tan:
-¡Ja... Ja... Ja...! Estarán tan ocupados buscándola fuera, desesperados, sin saber que la llevan consigo todo el tiempo.

El joven escéptico acotó:
-Los hombres tienen el deseo de ser felices, tarde o temprano alguien será suficientemente sabio para descubrir dónde está la ve y se lo dirá a todos.

-Quizá suceda así —dijo el más anciano de los duendes—, pero los hombres también poseen una innata desconfianza de las cosas simples. Si ese hombre llegara a existir y revelara que el secreto está escondido en el interior de cada uno, nadie le creerá.




ENCONTRAR EL SENTIDO DE TU VIDA ES

DESCUBRIR

LA LLAVE DE LA FELICIDAD





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos tenemos nuestra propia llave de la felicidad, si, y podríamos decir mil cosas al respecto como "no es mas feliz el que mas tiene","el dinero no da la felicidad","la felicidad erradica en uno mismo" etc etc, pero también es cierto que no todas las personas puede llegar de la misma manera a esa llave (por múltiples factores), o almenos eso creo.

Anónimo dijo...

Tienes razón... en que los curas, no suelen decir cosas sensatas, también en que esta lo es.
Los seres humanos somos tremendamente desconfiados, a la par que simples. Pero tan simples, que nos volvemos complicados.
Todos perseguimos la felecidad. Es curioso, esa búsqueda llega a tal extremo que a un neurótico se le ocurrió "una fórmula de la felicidad".
La buscamos fuera, en las cosas materiales, en las personas que nos rodean, en nuestros propios logros o en nuestras propias metas... pero la felicidad en sí, no está ahí. Esos son sólo unos ingredientes que han de estar presente en cierta medida, unos más, otros menos... pero todo está dentro de nosotros. Ahí comienza todo... a partir de ahí, podemos ir añadiendo detalles, gestos, momentos... todo lo que hace que esa felicidad sea completa.
(JIJIJI me e liado..., espero k lo entendáis, porque no me entiendo ni yo :D)
BSitoOS