martes, marzo 16, 2010

¿Él nunca lo haría?


En esta breve novela, que más que novela parece un cuento, Zweig, el autor, nos habla de los celos con su habitual maestría: elusivo, con la virtud de la intriga irresuelta, ahonda en el dolor y el desamparo que produce el sentirnos sustituidos en los afectos de nuestras personas queridas por un tercero que, cuanto menos, tiene los mismos derechos que nosotros. La rabia y la violencia pueden conducir a una venganza que agravará, si cabe aún más, nuestra orfandad.

Pondré un breve resumen después de haber colocado el texto de la contraportada.

Una pareja mayor se instala en la bucólica campiña inglesa en busca de un lugar tranquilo donde pasar sus días. Pronto una pareja joven, los Limpley, se sitúa en las cercanías y comienza una amistad normal entre vecinos. Ella, callada y discreta; él, bondadoso e impetuoso, serán el agradable contrapunto de unos días apacibles en el campo. Y luego aparecerá Ponto, una cría de bulldog, en la que John Limpley se volcará con su habitual dedicación e impetuosidad, sin saber que está sembrado de esa manera la semilla de la tragedia.

El librito la verdad que me ha gustado mucho porque para ser sinceros ¿quién no se ha sentido alguna vez en esa desagradable situación de ser desplazado? Sobre todo lo que más me ha llamado la atención es que sea un perro el protagonista. Recomiendo a todo el mundo que dedique una hora más o menos de su tiempo para leer esta joya. Seguiré leyendo a este autor a ver si me sigue sorprendiendo.

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