
"Tu y yo estamos aquí, compuestos de cientos de átomos que formaron parte de millones de otros organismos antes que nosotros, sentados sobre este planeta con un núcleo de hierro líquido, sujetos por una fuerza que tanto te molesta, llamada gravedad, mientras damos vueltas al sol a 107.000 km/h y atravesando la Vía Láctea a 950.000 km/h en un universo que podría estar persiguiendo su propia cola a la velocidad de la luz. Y en medio de esa actividad frenética, conscientes de nuestra desaparición, que es un modo elegante de decir que todos vamos a morir, nos buscamos los unos a los otros, a veces por pura vanidad, a veces por razones que aún eres muy jóven para comprender.
Pero muchas veces nos ayudamos sin esperar nada a cambio, ¿no es eso extraño?."
Pero muchas veces nos ayudamos sin esperar nada a cambio, ¿no es eso extraño?."
El niño de Marte.
Extraño pero bonito.