sábado, noviembre 10, 2007

El Laberinto de la Felicidad. Parte III


Tercera parada: voluntad de sentido. "Quien tiene un por qué vivir, encontrará siempre un cómo". Víctor Frankl.


Hay otro elemento común entre aquellas personas que se declaran felices: la voluntad de sentido. El ejercicio voluntario y consciente de dar un significado positivo y constructivo a lo vivido, sea cual sea el signo de la experiencia registrada. Luego no es tan importante aquello que nos sucede como el significado que le damos a lo sucedido. Dicho de otro modo: toda experiencia negativa que hemos padecido en el pasado puede ser el elemento alquímico de la felicidad en el futuro.

Los ejemplos son múltiples y abordan todas las dimensiones de la vida: "si no hubiera conocido a esa pareja que me hizo la vida imposible, no podría valorar a la que tengo ahora"; "si no hubiera tenido aquel jefe tan lamentable, que me mostró lo que nunca se debe hacer, no sabría valorar el hecho de tener un buen jefe como el que ahora tengo"; "si no hubiera sufrido tal enfermedad, no habría tomado conciencia de cómo desarrollar unos nuevos hábitos de cuidado de mi cuerpo...".

La persona feliz intenta extraer la parte positiva de todo lo vivido. No desde la ingenuidad, ni desde la estupidez, tampoco desde la sumisión, sino desde el coraje, la fuerza interior y la entrega a la propia vida. En este sentido, Albert Camus aseguraba: "La propia lucha para alcanzar la cima basta para llegar al corazón de un hombre". Y concluía: "Sísifo debió de ser feliz".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre hay personas de carácter positivo o mas optimistas que otras, desde luego una de las herramientas mas potentes para ser feliz es la de no derrumbarse nunca e intentar verlo todo lo mas "claro y minimalista" posible, de ahí que no me guste la autocompasion ni la gente tan "sentida". Coño la vida son dos días, a vivirla al máximo!