Buenas de nuevo, esta vez os voy a hablar de lo último que me he leído y poneros uno de los textos que me han gustado más, aunque hay muchos. Se trata de "Vivir Adrede" de Mario Benedetti, gran escritor, al cual me aficioné mucho, tanto en poesía como en narrativa, con la obra "La tregua" de lectura muy recomendada. Este nuevo libro tiene la estructura de pequeñas reflexiones que no ocupan más de una página cada una. Es de rápida, fácil y muy gratificante leer sobre lo que piensa de la lluvia, el amor, el pasado, el correo y un largo etc. Ahora mismo no me se explicar muy bien pero a aquel que le interese leerlo y tenga alguna duda pues lo más fácil es preguntándome. Pues aquí os dejo con una de esas reflexiones. Espero que os guste.
"Uno tiene derecho a la alegría. A veces es humo o es
niebla o es celaje. Pero detrás de esas demoras ella está,
esperando. Siempre hay una hendija del alma por donde
la alegría asoma sus despabiladas pupilas. Entonces el
corazón se vuelve más vivaz, se extrae de su quietud y es casi pájaro.
La alegría sobreviene después de las ausencias, al fin
de las nostalgias. Si uno se reencuentra con lo amado y su
revelación unánime, es lógico que el gozo nos abrace y a
uno le vienen ganas de cantar. Aunque no tenga voz, aunque
esté ronco de pasadas angustias.
Después de todo la alegría es un préstamo, no nos
pertenece. Es una locurita, un premio pasajero, pero la
disfrutamos como si fuera propia, como un lucro, como
una primavera de la vida. Ella se aferra al tiempo, arrastra
su poquito de la infancia y se mete soplando en la vejez.
Semana tras semana, año tras año, la alegría va
llenando vacíos. Hasta que no puede más y se vuelve tristeza".
43. Alegría
"Uno tiene derecho a la alegría. A veces es humo o es
niebla o es celaje. Pero detrás de esas demoras ella está,
esperando. Siempre hay una hendija del alma por donde
la alegría asoma sus despabiladas pupilas. Entonces el
corazón se vuelve más vivaz, se extrae de su quietud y es casi pájaro.
La alegría sobreviene después de las ausencias, al fin
de las nostalgias. Si uno se reencuentra con lo amado y su
revelación unánime, es lógico que el gozo nos abrace y a
uno le vienen ganas de cantar. Aunque no tenga voz, aunque
esté ronco de pasadas angustias.
Después de todo la alegría es un préstamo, no nos
pertenece. Es una locurita, un premio pasajero, pero la
disfrutamos como si fuera propia, como un lucro, como
una primavera de la vida. Ella se aferra al tiempo, arrastra
su poquito de la infancia y se mete soplando en la vejez.
Semana tras semana, año tras año, la alegría va
llenando vacíos. Hasta que no puede más y se vuelve tristeza".
2 comentarios:
Un poema muy acertado para mi estado de estos días...
No consentiré que mi alegría se vuelva tristeza perenne.
La alegría está ahí...detrás de cada gesto sincero..
un besito enorme
de eso se trata, de evitar que la tristeza le gane la batalla a la alegría. Es algo que no debería suceder nunca.
Yo tampoko lo konsentire. ASias!
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