lunes, mayo 05, 2008

Caos




"Fue un destello de claridad en un nebuloso reino de sombras y caos en el que nada era lo que parecía sino que, inevitablemente, todo era más traicionero y peligroso. Pero ese resplandor cristalino de una única hebra de seda brillaba con intensidad, atraía su mirada y le mostraba todo lo que ya existía y lo que pronto existiría, así como todo lo que ella era y lo que pronto sería. Ese destello de luz en el tenebroso Abismo llevaba consigo la promesa de renovación y gloria, todo ello envuelto en la amenaza de un peligro mortal que, para una criatura inmortal como ella, hacía más dulce la promesa. En verdad, ahí radicaba el mayor atractivo y el mayor gozo que implicaba crecer. La madre del caos era miedo, no maldad, y el caos se solazaba en el continuo miedo a lo desconocido, en la inestabilidad de todo, en el conocimiento de que cualquier cosa podía ser preludio del desastre. Era algo que los drows no habían llegado a aprehender ni comprender, y ella lo prefería así. Los drows utilizaban el caos en su propio beneficio; en el tumultuoso universo drow la escalera que permitía ascender no tenía peldaños rectos.

Pero, al menos para ella, la belleza no estaba en el ascenso. La belleza era el momento, todos y cada uno de los momentos de vida en el remolino de lo desconocido, en la vorágine del caos.
Ciertamente se avanzaba, pero se avanzaba jugándosela, asumiendo un riesgo capaz de desatar un caos general aún mayor y de encontrarse con algunas sorpresas. Ojalá pudiera permanecer más consciente para ser testigo de todo y complacerse en ello. Aunque tampoco importaba. Incluso desde dentro disfrutaría con el miedo de los otros y con su ambición sin límites.

Esa resplandeciente hebra de seda que hendía en la perpetua niebla grisácea que reinaba en ese plano inspiraba un singular propósito a esa caprichosa criatura, recordándole que había llegado el momento y no debía perder más tiempo. Sin apartar ni por un segundo la mirada del resplandor, la criatura se volvió lentamente y se enroscó alrededor de esa hebra, que era la primera de millones.


Era el inicio de la metamorfosis: la promesa"



Pues bien, este es el prólogo del primer libro de una hexalogía que me ha tenido enganchado durante unos meses. Hacía tiempo que una saga de este tipo de literatura, fantástica, no me hacía levantar durante horas la cabeza. La saga se llama, para el que tenga curiosidad, La Guerra de la Reina Araña. Está basada en las fértiles ideas de un genial escritor de este género, R.A. Salvatore, pero escrita por un escritor diferente cada tomo. Un mundo lleno de oscuridad y traiciones, pero también de aventuras y intriga y amor/pasión.

1 comentario:

alaluzdeunaluciernagaazul dijo...

Pues la verdad sk a mi la literatura fantástica no me apasiona.
Pero ya me contarás.

Un saludo